Cuando quieres montar un negocio, son muchas los elementos a tener en cuenta. Uno de ellos es la parte visual, tu logotipo. Esto influirá enormemente en la percepción que tienen nuestros clientes de nosotros, generando confianza, o, por el contrario, rechazo.
Dentro de esa parte visual, algo que está cobrando cada vez más relevancia es el diseño web y la gestión de RRSS. Desde la organización del feed hasta la correcta utilización de los colores corporativos, pasando por un diseño coherente, alineado con la filosofía de la empresa.
Pero no nos podemos olvidar del logotipo de nuestra empresa. Aunque supone solo una parte de esa imagen corporativa, es la unidad visual más pequeña por la que nos pueden reconocer nuestros clientes. Su visión activa la asociación de la memoria de una marca. Por eso, no lo podemos descuidar.
Hoy, desde Nogomet Comunicación, os damos una serie de consejos para conseguir un logo atractivo y moderno:
Claves para lograr el logo perfecto
- Busca la simplicidad
El lema “menos es más” se vuelve más cierto que nunca cuando hablamos de logotipos.
Son muchos los motivos para querer que nuestro logo sea simple: para empezar, debe poder ser captado con un único vistazo, fácil y rápidamente. Por supuesto, debe ser legible (las tipografías con demasiados detalles o muy recargadas, no son recomendables). En horizontal es más visible.
Más allá de eso, también conviene que sea simple por motivos editoriales y gráficos: tenemos que tener en cuenta que va a tener que adaptarse a distintos soportes y formatos. En este caso, la simplicidad va de la mano de la funcionalidad.
- Que tu logo refleje tu marca
Esto puede sonar bastante obvio, pues, como hemos dicho, el logo es la cara y parte visible de una marca, empresa o corporación (o al menos, parte de esa cara visible).
Sin embargo, lo que nos gustaría destacar en este punto es que color, forma, tipografía… deben reflejar lo que se es y cómo esperamos que se nos perciba. Lo ideal es que sea capaz de plasmar una historia (storytelling), una manera de pensar, actuar y trabajar. Que condense los valores y objetivos de la empresa.
- Aprovéchate de los colores
Hemos querido escoger este verbo no por casualidad: se le puede sacar mucho provecho a los colores. No en vano, existe toda una teoría científica en torno a la psicología del color. Resumiendo mucho, podemos decir que estas teorías sostienen que cada color tiene un efecto en las emociones y la conducta humana. Por ejemplo, el color rojo ese asocia a la pasión, el atrevimiento, el calor, la energía, la osadía… Por eso, los colores, de alguna manera, comunican. Debes escoger el o los colores acordes a las emociones que quieres que provoque tu marca.
Enlazando este punto con el punto nº 1: los colores deben funcionar bien entre sí, con contraste y facilitar la lectura. El logo tiene que funcionar también monocromo. Y, muy importante, no se debe abusar de los colores en el diseño: normalmente son dos.

- Cuida los detalles
Los detalles no solo ayudan a que el conjunto sea estético y visualmente atractivo, sino que también contribuyen a los objetivos comunicativos.
El cuidar los detalles llevará en última instancia a que el logo tenga coherencia, y a que sea consistente.
Por ejemplo, si nuestro diseño está compuesto por un texto y una imagen, para que haya coherencia, el estilo de ambos debe ir en la misma línea. Por ejemplo, si para el texto utilizamos una tipografía con acabado “rounded”, conviene que la imagen tenga un acabado igual.
- Combina letras y formas
Antes que nada, debemos recordar que existen varios tipos de logotipos. De hecho, el logotipo en el sentido estricto, es aquel diseño compuesto solo por texto. Cuando tenemos texto e imagen, hablamos de imagotipo. Si se trata solo de imagen, o símbolo, estamos ante un isotipo. Por último, si tenemos un texto integrado en una imagen (el uno no funciona sin el otro), recibe el nombre de isologo.
Pero ¡cuidado! La dirección en la que se colocan los elementos dentro del diseño del logotipo es muy importante: por un lado, guían el orden de lectura. Por otro, transmiten determinadas sensaciones. Por ejemplo, dentro de un diseño en el que queremos transmitir dinamismo, los elementos que se orienten hacia la izquierda o hacia abajo generan una emoción negativa, y viceversa. Esto es algo muy a tener en cuenta, pues la impresión que generará será muy distinta. Recuerda que los elementos tienen que estar en armonía, equilibrados, justificados entre sí.
Para terminar…
En definitiva, si queremos lograr un logotipo único y memorable, tenemos que ser muy conscientes de lo que queremos transmitir. Siempre recuerda: la definición de la empresa debe hacerse antes que el diseño. Sin lo primero, no podemos llegar a lo segundo.